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Pinceladas de Asia: Entre el legado francés, el modernismo y las tradiciones locales



El hotel Sofitel Legend Metropole (imágenes inferiores) es un clásico de la historia de Vietnam y, desde 1901, ha ocupado un papel destacado en la vida de Hanói. De arquitectura francesa, por aquí han desfilado Charles Chaplin, Angelina Jolie y Donald Trump, entre muchos otros artistas y dignatarios. El hotel aún conserva el búnker en el que se refugió la actriz Jane Fonda durante el bombardeo estadounidense de Hanói en 1972. Ubicado en el distrito francés de la capital, el hotel está rodeado por edificios gubernamentales, el Palacio Presidencial, otros hoteles de lujo y reconocidas marcas internacionales de ropa y joyería. También está a pocos metros del Auditorio de la Ópera.




Desde el Sofitel se vislumbra en la acera de enfrente la bandera comunista (imagen inferior), símbolo característico del régimen político instaurado en el país asiático.



A pocos metros del hotel se encuentra el Parque Indira Gandhiun, donde está instalado un monumento al emperador Ly Thai To, fundador de la dinastía Ly y de la ciudad de Thang Long en el año 1010, hoy en día conocida como Hanói. Creada en 2004, es la mayor estatua de bronce de la ciudad (imagen abajo).



Cruzando varias calles y avenidas se llega al lago Hoan Kiem, uno de los puntos más visitados por turistas y lugareños. En la imagen inferior se aprecia la Torre de la Tortuga y el islote sobre el que se recostaba a tomar el sol una tortuga legendaria que, según los relatos, vivió durante cientos de años.

En otro islote situado en el centro del lago se encuentra el Templo Ngoc Soc, que se conecta con la orilla a través de un precioso puente de color escarlata.



En el teatro Thang Long de marionetas acuáticas, ubicado en un edificio enfrente del lago, tiene lugar uno de los espectáculos más peculiares para los visitantes, con varias actuaciones a lo largo del día.


Las imágenes inferiores capturan algunas de las escenas que se viven a la orilla y en los alrededores del lago: desde vendedores ambulantes de comida y frutas a pintores en pleno descanso.



Una de las tradiciones vietnamitas que más rechazo generan entre los turistas occidentales es la venta de perros asados, una práctica polémica que, aunque se ha tratado de erradicar por parte de activistas y organizaciones defensoras de los animales, persiste y es legal (imagen inferior). Los vendedores hacen lo posible por evitar que los turistas inmortalicen el momento con sus cámaras y teléfonos. Esta imagen fue capturada en el Distrito Antiguo de Hanói.



Un recorrido a pie o moto por el Distrito Antiguo basta para empaparse de la belleza, bullicio y colorido de sus calles ––también de las fuertes dicotomías y contrastes que conviven en la capital vietnamita––. Los mercados brotan en cada recodo de la urbe y se abren para dar paso a escenas como las de abajo, donde las flores se alzan como las protagonistas indiscutibles de la experiencia.




La elegancia y sobriedad de las fachadas de estilo colonial se aprecia tanto en edificios restaurados y bien preservados como en aquellos dominados por la decadencia y el paso de las décadas (imágenes inferiores). Desde cafeterías, a restaurantes y pequeños negocios, las calles de Hanói representan, para sus visitantes, una estimulación inevitable de todos los sentidos.





Fotografía: Aitana Vargas



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