Los californianos que necesiten ayuda legal confiable para superar el largo y complicado proceso de inmigración a los Estados Unidos pueden encontrarla gratuitamente en cualquiera de los 115 colegios comunitarios físicos del estado.
En una conferencia de prensa celebrada el 24 de octubre la cual fue organizada por Ethnic Media Services, abogados, funcionarios de colegios comunitarios y una antigua estudiante indocumentada compartieron sus experiencias con el Proyecto de servicios legales para la educación superior (Higher Education Legal Services Project).
“Más de 10,000 estudiantes se han beneficiado del programa” desde su lanzamiento hace cuatro años, dice Alonso García, de la Fundación para Colegios Comunitarios, “y más de 5,700 tan sólo el año pasado”. García señala también que el profesorado y el personal de los colegios comunitarios también pueden recibir servicios sea cual sea su edad o su situación migratoria.
El Proyecto de Servicios Legales para la Educación Superior es una asociación entre la Fundación para los Colegios Comunitarios de California y el Departamento de Servicios Sociales de California. Se puede acceder fácilmente a él a través del sitio en internet Find Your Ally, donde los interesados pueden introducir su código postal o la universidad a la que asisten y, en poco más de un minuto, se les pondrá en contacto con el abogado de inmigración que presta apoyo a esa institución educativa.
Se calcula que entre 50,000 y 70,000 inmigrantes indocumentados están matriculados actualmente en un colegio comunitario de California.
El tiempo que invierte un abogado en nuestro caso es gratuito para el solicitante y continúa independientemente de cuándo termine la afiliación con los colegios comunitarios, explicó García. Los servicios incluyen apoyo para la residencia legal permanente (green card o tarjeta verde), DACA (Acción diferida para los llegados en la infancia), Estatus de protección temporal (TPS), o Advanced Parole (permiso de viaje para el solicitante durante el proceso de inmigración).
Toda la información proporcionada se mantiene privada. El trabajo es realizado confidencialmente por equipos legales, sin fines de lucro, quienes tienen al menos tres años de experiencia en trabajo de inmigración y han sido aprobados por el estado de California o el Departamento de Justicia de EE.UU.
Como estudiante, usted puede estar tomando una carga completa de clases o sólo una, con o sin créditos. Usted puede estar inscrito en programas de educación para adultos a través de los colegios comunitarios o asistir a más de un colegio comunitario, en persona o en línea. Los servicios están disponibles a elección en el idioma preferido del cliente y los servicios están disponibles ya sea en persona o de modo virtual.
El programa también puede ayudar a los clientes a obtener exención de cuotas (fee waiver) para procesos de ciudadanía y las solicitudes de renovación de DACA y, a partir del 1 de noviembre, con las solicitudes para naturalización y el trámite de “Advanced Parole”.
“En todo caso, yo animaría a la gente a inscribirse en su colegio comunitario local por al menos una clase de crédito para que puedan acceder a servicios como los que ofrecemos y esperamos que encuentren la manera de seguir adelante”, dijo el abogado Manoj Govindaiah, quien representa a Immigrant Legal Defense (Defensa legal de inmigrantes), con sede en Oakland.
Señaló que los inmigrantes indocumentados suelen enfrentarse a dos grandes retos a la hora de acceder a los servicios jurídicos: el encontrar abogados calificados y poder reunirse con ellos en persona.
Este es especialmente el caso de los que viven en comunidades rurales, donde los recursos y el transporte son más limitados. “Este programa va a las escuelas… llevando apoyo a donde se necesita”, dijo Govindaiah. Añadió que Find Your Ally, también ofrece asesoramiento jurídico actualizado que puede ayudar a los clientes a encontrar vías para las cuales quizá no sabían que podían calificar.
“Los colegios comunitarios de California siempre están aquí como punto de acceso a la educación superior”, señaló Kelly Fletes, Directora de servicios estudiantiles del Monterey Peninsula College.” Aceptamos al 100% de los estudiantes que presentan su solicitud”.
Los colegios comunitarios son ideales para atraer a inmigrantes recién llegados, muchos de los cuales suelen matricularse en clases de ESL (Inglés como segundo idioma) poco después de llegar. Fletes también hizo hincapié en que a medida que California se esfuerza por satisfacer las necesidades básicas de su población, para los estudiantes indocumentados, los servicios de inmigración se encuentran entre esas necesidades básicas.
“Hay un nivel diferente de ansiedad que ocurre cuando literalmente tienes que vigilarte o cuidarte las espaldas de que tú o tus padres puedan ser deportados o están en riesgo de no volver a casa todos los días”, dijo. “¿Cómo podrías concentrarte en tu educación?”
Y el costo de los servicios legales puede estar fuera del alcance de los estudiantes indocumentados que no califican para acceder a miles de dólares de ayuda financiera federal que están disponibles para sus compañeros. “Tengo estudiantes que tienen que trabajar en tres o cuatro empleos”, continuó Fletes, mencionando a uno que llegó ya con una deuda de 10,000 dólares por servicios legales que aún no se han completado.
Sabrina P es una estudiante universitaria de primera generación con estatus de inmigración indocumentado. Mencionó que desconocía cuáles eran sus opciones y le preocupaba cuál podría ser su situación después de la universidad si no tenía papeles y no podía trabajar.
Dejó a un lado sus temores de hablar de su situación migratoria y se acercó a las oficinas del programa. “Les hice muchas preguntas. Ellos me dijeron: ‘No te preocupes. Vamos a ayudarte'”, según recuerda Sabrina.
“Cada caso es diferente”, reconoció, pero “ahora puedo decir que estoy en proceso de obtener mi tarjeta verde. Puedo trabajar y hacer otras cosas que antes me negaban porque no tenía ningún tipo de documentación. Puedo mantener a mi familia un poco mejor”.
Hizo hincapié en la importancia que tiene para ella iniciar cuanto antes, porque aunque el proceso tarde años para que concluya, su edad en la fecha de su solicitud original tiene mucho peso. “Suele ser un momento decisivo”, afirma.
“Yo les sugiero que no tengan miedo. Sinceramente, es lo mejor que uno puede hacer por uno mismo, porque el mero hecho de preguntar no va a causar daño a nadie, y quizá le ayude”.
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