La indignación mundial desatada tras la difusión de unas imágenes en las que un pasajero asiático fue expulsado por la fuerza de un avión de United Airlines, no solo ha sumido a la aerolínea estadounidense en una crisis mediática de proporciones inimaginables.
También es una prueba del inmenso poder que el consumidor tiene para frenar las malas praxis corporativas y recordarle a las compañías que la palabra de este también cuenta.
Horas después de que el vídeo copara los medios internacionales y recorriera como la pólvora las redes sociales, el consejero delegado de United se vio obligado a rectificar su discurso inicial y entonar el mea culpa.
Pero ya era demasiado tarde. Algunos clientes de la aerolínea no tardaron en mostrar su rechazo a United pidiendo un boicot y rompiendo las tarjetas de crédito United MileagePlus, asociadas al programa de fidelidad de esta.
Y mientras los consumidores zanjaban con un gesto simbólico la relación con la aerolínea, en Chase los ánimos también debían estar en ebullición. Y es que las tarjetas United MileagePlus son una alianza entre United y la entidad bancaria, donde Chase compra millas a su socio a un elevado precio para luego ponerlas a disponibilidad de sus clientes.
De momento no se sabe bien cuál va a ser la estrategia de Chase para tratar de restaurar la confianza del consumidor y recapturar los clientes perdidos tras la mala gestión por parte de United.
Pero quizá, en las próximas semanas o meses, veamos nuevas promociones de bienvenida comparables o incluso superiores a la que la entidad lanzó en 2016 con la Chase Sapphire Reserve. En aquella época, el solicitante obtenía 100.000 puntos por acumular al menos $4.000 en gastos durante los tres primeros meses.